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Tecnología

Internet Of Things (IoT), donde todo está conectado

Primero se conectaban a internet los ordenadores, luego los teléfonos, más tarde los relojes… ahora prácticamente todos los dispositivos (semáforos, sensores medioambientales, frigoríficos, robots de limpieza, etc.) pueden conectarse a internet y enviar información a una central de procesamiento o a nuestro propio teléfono móvil, desde donde monitorizamos y damos órdenes para que los dispositivos actúen de una determinada forma.

Hoy día es fácil programar un sistema mediante el cual, al acercarnos a 100 metros de casa, automáticamente se abra la puerta del garaje, se enciendan las luces y la temperatura del salón se ajuste a 25 grados. Solo hay que conectar mi geolocalización con el mecanismo de apertura de la puerta del garaje, las luces inteligentes de la casa y el sistema de climatización. Todas estas «cosas», por supuesto, deben estar conectadas a Internet.

¿Qué es el IoT?

Este ecosistema de dispositivos conectados es lo que se denomina Internet Of Things (IoT), que en español significa Internet de las Cosas. Cualquiera de ellas se puede conectar a internet e interaccionar sin necesidad de intervención humana. Es lo que se conoce como dispositivos o comunicación M2M (Machine to Machine). La lógica general sería la siguiente: los dispositivos tienen sensores que recogen datos; los datos se transmiten vía internet (utilizando la red wifi o 4G, por ejemplo) a una plataforma ubicada en la nube, donde un procesador los analiza, los compara… les da un sentido, los convierte en información; información que utilizaremos para tomar decisiones en consecuencia. Ejemplo: en función de los datos del tráfico obtenidos por los sensores, el sistema puede automáticamente habilitar el carril reversible en un sentido u otro.

Cuando tenemos un sistema con muchos dispositivos conectados, el problema puede ser el «idioma» que habla cada dispositivo. Si todos no hablan el mismo idioma (luego no son compatibles), la comunicación se complica. Para posibilitar esto se ha creado un protocolo estándar, propuesto por IBM, denominado MQTT (Message Queuing Telemetry Transport), que permite a los fabricantes participar y darle soporte, haciendo posible así la comunicación entre dispositivos de diferentes fabricantes. Al final se trata de crear marcos de desarrollo (con un lenguaje de programación común, por ejemplo) donde los productos resultantes se entiendan entre sí, sin importar la empresa que los desarrolla; algo imprescindible para una verdadera expansión del desarrollo tecnológico.

Algunos dispositivos son muy pequeños y ligeros, insertados en relojes, zapatillas o en camisetas de deporte. Para que puedan operar a pesar de sus características, muchos se basan en una tecnología denominada SoCs (System on Chip). Un SoC es un circuito integrado que contiene los mismos módulos necesarios que un ordenador, de manera que técnicamente tienen la misma capacidad para registrar y enviar datos. Son como un ordenador en miniatura.

En el ámbito privado, el IoT está relacionado con conceptos como smartwatch (reloj inteligente), smarthome (casa inteligente) o wearables (dispositivos incorporados a la ropa).

Aplicaciones de la IoT para las empresas

El mundo de los negocios y la industria tiene en la IoT todo un universo de oportunidades para mejorar sus procesos. A continuación aportamos algunos ejemplos de las muchas aplicaciones posibles.

Fabricación industrial

Mediante la IoT los fabricantes pueden supervisar sus líneas de producción a fin de realizar el mantenimiento de los equipos cuando los sensores detectan un fallo inminente, por rotura o descaste, de una pieza, lo que permite planificar la reparación de los componentes y evitar una interrupción en la cadena de producción.

En el caso de los vehículos, por ejemplo, los fabricantes y proveedores de componentes pueden monitorizar el funcionamiento de algunas piezas, por ejemplo la centralita electrónica, que a su vez registra los kilómetros del coche, el nivel del aceite del motor o el nivel de inflado de los neumáticos, avisando al propietario cuando se requiera su intervención o una visita al taller.

Conducción autónoma

Es uno de los ejemplos más significativos del IoT. Cientos de sensores están conectados entre sí, con el sistema de ordenación del tráfico y con otros vehículos, permitiendo que el coche simplemente conduzca solo. Impresionante, pero real al 100%.

Mantenimiento y administración de edificios y espacios públicos

La supervisión de los recursos de agua y electricidad, la automatización de luces, climatización y vigilancia, ahorra dinero y permite espacios mucho mejor gestionados y más seguros.

Comercio minorista

Las estanterías inteligentes que disponen de sensores de peso pueden recopilar información basada en RFID (identificación por radiofrecuencia), enviando los datos a la plataforma IoT para supervisar automáticamente el inventario. Si una referencia en cuestión se está agotando, activa una alerta.

Por otro lado, los Beacons (pequeños dispositivos que envían mensajes a móviles cuando se encuentran cerca de ellos) pueden enviar ofertas y promociones específicas a los clientes, proporcionándoles una experiencia atractiva.

Otras tecnologías, como Inteligencia Artificial y, dentro de ella, el Machine Learning, así como el Big data, son complementarias y necesarias para que entre todas ellas dispongamos de soluciones más eficaces a las tareas cotidianas de las empresas de todos los sectores. Todo un mundo de posibilidades que se irá vislumbrando progresivamente para la pequeña y mediana empresa.

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